En el ecosistema bosque seco, se esconde un tesoro natural que, en gran parte, debemos agradecer a nuestros amigos alados, los murciélagos. ¿Por qué? Porque estos misteriosos seres desempeñan un papel esencial en la protección de fuentes de agua.
El higuerón, un árbol emblemático del bosque seco, produce frutos esenciales para su ecosistema. Pero aquí está la sorpresa: los murciélagos son amantes de estos frutos y se alimentan de ellos. Lo interesante es que, después de disfrutar de su festín, las semillas del higuerón pasan por el tracto digestivo de los murciélagos. Y este proceso natural es clave para su germinación adecuada.
Los técnicos de la Macomunidad Bosque Seco han localizado estas «fuentes semilleras» en el hábitat de los murciélagos. ¿La razón? Para recolectar las semillas procesadas por los murciélagos y llevarlas a los viveros municipales. En los viveros, estas semillas se convierten en plántulas de higuerón. Y aquí está la magia: los higuerones, gracias a sus propiedades forestales, desempeñan un papel fundamental en la protección del agua. Ayudan a regular los ciclos hídricos, evitan la erosión del suelo y mantienen la calidad de nuestros ríos y arroyos.